Análisis: La ONU y la voz antisionista del sur
- INFP
- 4 oct
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Entrevista a Alina Duarte
Coordinadora de Formación Internacional de INFP Morena
Por J. Axel García Ancira
En el marco de una coyuntura marcada por tensiones globales y resistencias múltiples, es imperioso subvertir la mirada tradicional y poner el énfasis en la forma que parte del Sur global alzó la voz en la Asamblea de Naciones Unidas para defender el derecho de los pueblos a sus soberanías, y denunciar el genocidio que ocurre en Gaza. Y es que si bien el mundo había dicho “nunca más” tras lo que se conoció como la Shoá judía, hoy en Palestina no queda ninguna duda de que estamos ante una reedición de lo que ya vimos en Camboya, Rwanda, o Guatemala. Los datos que tenemos del último episodio de la arremetida colonial en Gaza es de más de 65 mil asesinatos, la mayoría de ellos mujeres, niñas, niños y personas de la tercera edad. Esta cifra se vuelve más cruda si consideramos estimaciones de personas asesinadas por la invasión: 136 mil desde el inicio de la guerra colonial en 1947; es decir, casi el 50 por ciento de los asesinatos de población palestina en un conflicto de casi 80 años ocurrió en los últimos dos años.
La crisis humanitaria en Gaza es responsabilidad directa del patrocinio de los Estados Unidos. Quizá por ello es que el Presidente Donald Trump, con su habitual estilo bravucón, se puso a sí mismo por encima de Naciones Unidas, institución a la cual ridiculizó de múltiples formas, desde su queja por el teleprompter y las escaleras eléctricas, hasta la incapacidad que le atribuye a la organización de detener conflictos, por supuesto sin referir al derecho a veto que naciones como la suya ejercen, y que rechaza resoluciones como la que pide el alto al fuego en Gaza. Alina Duarte, Coordinadora Internacional, estuvo cubriendo la asamblea, y sobre la postura de Trump, apunta:
“Quisiera poner el acento en algo en especial. La izquierda y Donald Trump terminamos coincidiendo en el cuestionamiento a la ONU, pero no por las mismas razones. Donald Trump critica a la ONU por no radicalizarse hacia la derecha y por no servir plenamente a los intereses de Estados Unidos —llegando a proponer medidas extremas como “exterminar al pueblo palestino” o declarar ilegal la migración—; en suma, pide una organización supeditada al cien por ciento, y sin capacidad real para tratar a los gobiernos del mundo como iguales. Por su parte, desde la izquierda cuestionamos a la ONU porque la consideramos una institución anacrónica que no responde al siglo XXI. En 2025 se hace evidente que no existe un mecanismo eficaz para detener un genocidio, una invasión o la expansión militar de potencias como Estados Unidos, que sigue construyendo bases alrededor del mundo. Por eso decimos que, en efecto, la ONU no funciona como debiera: hay que reestructurarla y crear mecanismos de diálogo y cooperación entre naciones que respeten la soberanía y la autodeterminación de los pueblos”, expresó Alina Duarte.
Las voces latinoamericanas fuera y dentro de Naciones Unidas
Si bien entre algunos países se registran concesiones al poder hegemónico, o incluso sumisiones abyectas como la de Javier Milei, quien fue a someterse para intentar conseguir una nueva línea de crédito de los Estados Unidos; también emergen con fuerza las voces insurgentes de los pueblos del Sur, que dignifican sus representaciones en la arena internacional. Los cuestionamientos al papel de la ONU por parte de mandatarios latinoamericanos fueron contundentes pero pusieron el énfasis en aspectos distintos. Lula da Silva, lo puso en la muerte del derecho internacional; el presidente de Chile, Borich no se quedó atrás y habló de Netanyahu como un criminal de guerra, mientras que Petro destacó, en un discurso que pasará a la historia, que el sionismo se basa en las ideologías de extrema derecha supremacistas, como la de un pueblo destinado a sobreponerse sobre el resto, sea éste el superhombre nazi, o “el pueblo elegido por Dios”. Lo que no podía preverse es que Gustavo Petro cerraría su participación con un acto aún más osado: en un mitin por Palestina, en el núcleo financiero de los Estados Unidos. Los medios han dado cuenta del discurso en las calles de Nueva York, en donde pidió a los soldados estadounidenses no levantar sus armas contra los pueblos del mundo, pero la participación de Petro y Roger Waters en la manifestación no se reduce a esta declaración aislada. Este radical llamado a la paz, fue presenciado por Alina Duarte en su cobertura especial:
“En ese momento yo no estaba dentro de las Naciones Unidas; estaba fuera, en la movilización, grabando y enviando reportes. La protesta comenzó adentro, en el recinto, cuando el mundo empezó a darle la espalda, muchos años después de lo que se requería, a Netanyahu, alguien que además no escatima en compararse prácticamente con Hitler al decir ciertas cosas[…] Fue una jornada muy poderosa, además de los discursos de ciertos representantes, porque Petro fue el personaje más contundente. No solo habló en la ONU, sino que salió a las calles en territorio estadounidense, lo cual tuvo como consecuencia que le retiraran la visa y que ya no pueda volver a entrar a Estados Unidos. No creo que esto le pese mucho a Gustavo Petro, pero, además, llamó a desobedecer al ejército, una clara confrontación no solo con Donald Trump, sino también con la fracción más sionista, tanto en Estados Unidos como en Israel.., Lo que ocurre y lo que debemos entender es que el hecho de que Petro y Roger Waters, dentro y fuera de la ONU, puedan hacer esto es producto de un cambio en la correlación de fuerzas antisionistas que ha permitido avanzar en la lucha antifascista. Esto es resultado de movilizaciones de millones de personas, así como del trabajo de reporteros, periodistas y activistas de todo el mundo que están haciendo esto posible”.
El Estado mexicano, en voz del Secretario de Relaciones Exteriores Juan Ramón de la Fuente, también abogó por la paz de los conflictos del mundo, escuchando a cada una de las partes, y se pronunció contra los bloqueos económicos, especialmente el de Cuba. Se defendió la propuesta mexicana de prosperidad que mira de abajo para arriba, y que ha sacado a más de 13 millones de personas de la pobreza. Juan Ramón de la Fuente expresó la urgencia de que la ONU sea reformulada, y pueda realmente ser garante de la paz del mundo y la defensa de los derechos humanos. Pero ¿cómo salir de la paradoja en que se encuentra el mundo, en donde la ONU pareciera quedar marginada de la posibilidad de resolución de los grandes conflictos del mundo, ante el poder de potencias económicas, cada vez más antagonistas, y de quienes, con su posibilidad de demostrar su influencia política y militar, imponen las decisiones fundamentales del mundo sobre la guerra y la paz? ¿Es posible alimentar la esperanza? Para Alina Duarte, sin ésta no hay posibilidad de accionar político:
“Para mí, el día que perdamos esa esperanza estamos destinados al fracaso como humanidad. Hoy duele mucho Palestina por el simple hecho de ver que este sistema que nos vendieron como democracia realmente no lo es; y no es suficiente para salvar vidas. Es fundamental que esa desesperanza no se convierta en pasividad ni en frustración. Hay gente dispuesta a poner el cuerpo: ayer se llamaron Gustavo Petro y Roger Waters, pero hay muchísima más. El problema es que, a veces, no encontramos los espacios para juntarnos, debatir y reconocernos como compañeros y compañeras de la misma lucha […] Estados Unidos, imagínense, tiene hoy como “gran poder” el impedir que los representantes del Estado de Palestina lleguen a las Naciones Unidas. Estamos viendo a esta bestia dar patadas sin saber hacia dónde dirigirse, pero las bestias heridas son las más peligrosas. Esto nos debería llevar también a repensar la democracia dentro de nuestras fronteras, a reflexionar sobre cómo nos solidarizamos y, sobre todo, a no perder la esperanza y ocupar cada una de las trincheras posibles.”
Te invitamos a ver la entrevista completa en: https://www.youtube.com/watch?v=Fixtx1ob5Ts&t=4s











