Análisis: América Latina frente al ascenso chino y el declive de Estados Unidos - Reflexiones de Sur a Norte
- Internacional
- 23 abr
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Por: Axel García Ancira
Coordinación Internacional del INFP Morena
La vorágine de la guerra arancelaria comenzada por el gobierno de los Estados Unidos evidencia lo que desde una perspectiva de larga duración es evidente para científicos sociales como economistas e historiadores. El mundo se dirige hacia un enfrentamiento por la hegemonía mundial. Tras la caída del Muro de Berlín y la desintegración de la Unión Soviética, las guerras del Golfo, y la implementación en extensas porciones del orbe del modelo neoliberal, la globalización dominó como ideología preponderante. Pero al mismo tiempo surgía una nación con un modelo fuera de las recetas Made in USA que lograba tasas de crecimiento impresionantes y un avance tecnológico envidiable: China ¿Qué perspectivas hay en México y en América Latina, ante este choque de titanes? Aunque puede parecer una pregunta sobre el futuro de la región, la entrevista con el Dr. Enrique Dussel Peters, coordinador del Centro de Estudios China-México de la UNAM, nos invita a pensar esto como una realidad que ya está frente a nosotros.
“Hay una relación triangular de facto. Pero no la hemos formalizado, no la hemos narrado, no la hemos explicado ni hacia afuera ni hacia adentro. Y eso nos deja en una posición un poco frágil, porque nos obliga a reaccionar en vez de planear. Y te doy un ejemplo concreto: los chips, los semiconductores. Hoy en día hay una batalla estratégica global por estos componentes. Estados Unidos quiere reconfigurar sus cadenas de suministro, y México tiene un papel clave como socio en América del Norte. Pero al mismo tiempo, China sigue siendo el gran productor de muchos insumos clave. Entonces, ¿qué hace México? ¿Solo se alinea con la estrategia estadounidense, o construye una estrategia propia que le permita tener margen de maniobra?”, señala el Dr. Dussel Peters.
La estrategia de los países de la región con China debe pasar por un pleno análisis de lo que significa su comercio con cada país de América Latina, pero también la interrelación que existe entre los sectores a partir de la dependencia de sus industrias con productos específicos que provienen de estos mercados. Una estrategia regional requeriría entonces de transparencia y una valoración fría de las relaciones ya existentes, pero también del fortalecimiento de la soberanía de nuestras naciones. En el caso mexicano, esto parece indispensable para consolidar un proyecto económico a partir de sus necesidades que permitirían a la llamada Cuarta Transformación insertarse en un nuevo orden mundial.
“¿Necesitamos infraestructura? China es un actor relevante. ¿Necesitamos tecnología para la transición energética? También. ¿Necesitamos inversión en ferrocarriles, en puertos, en telecomunicaciones? Hay opciones. Entonces, ¿por qué no articular una política de alianzas múltiples, con reglas claras, con transparencia, pero con visión? Y eso implica también redefinir cómo entendemos la soberanía. Porque muchas veces se piensa que abrirse a otros socios es perder soberanía, cuando en realidad la soberanía hoy se ejerce en la capacidad de tomar decisiones autónomas en un mundo interdependiente.”
Para Enrique Dussel, estamos ante una oportunidad histórica como región que podría decidir el papel que juega América Latina en el mundo, y si esto permitirá que la región trascienda su papel de exportador de materias primas como ocurrió durante el siglo XX. Este panorama cobra especial relevancia ante la próxima cumbre Celac-China a desarrollarse el 13 de mayo del 2025.
La posibilidad de un foro como la CELAC permite a los países aprovechar instrumentos que incluso sobrepasan a los que algunas naciones podrían tener acceso, ya sea por sus grados diferenciados de relación con China, por las posturas de sus gobiernos actuales o por la incapacidad de generar lazos diplomáticos más fuertes. En otras palabras, es una oportunidad para las delegaciones que asistan de conocer la cartera de inversiones que ofrece China, y de decidir si éstas son o no convenientes para sus proyectos de desarrollo. Espacios como la Celac aún tienen áreas de oportunidad y de crecimiento que podrían permitir en un futuro negociaciones conjuntas ante temas estratégicos de desarrollo para la región.
Para el Dr. Dussel Peters, será con América Latina como se materialice la estrategia de China en relación con la guerra arancelaria que impulsa Donald Trump. Al igual que con otras regiones del mundo con las que mantiene estrechos lazos, como África, China daría a conocer una estrategia de reducción arancelaria, y así podría apoderarse de parte de las exportaciones que se dirigían hacia los Estados Unidos. En opinión de Enrique Dussel, esto no es nuevo, sino que es la continuidad de una estrategia que se remonta hasta el 2015, y que ofrece a los países de América Latina y el Caribe la posibilidad de aceptar inversiones o intercambios, según las necesidades de cada país.
Ante este panorama, queda la pregunta abierta de cómo serán las relaciones entre América Latina y China -y en particular con México- de lo cual dependerá no sólo la posibilidad de diversificar mercados, y garantizar la eficiencia de las cadenas de suministro y de producción, sino que, a decir del especialista en relaciones México-China, Dussel Peters, lo que está en juego es el papel que jugará México en el nuevo orden Global: “yo insisto en que lo que estamos viendo no es solo una confrontación comercial entre Estados Unidos y China. Es una confrontación sistémica. Es una disputa por las reglas del orden global, por los estándares tecnológicos, por la gobernanza digital, por la inteligencia artificial, por los recursos críticos como el litio, el agua, los datos. Y en esa confrontación, todos los países —incluido México— van a tener que tomar decisiones.”
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