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Análisis: Reflexiones de Sur a Norte: La propuesta soberanista de Claudia Sheinbaum ante la CELAC - Entrevista a la Dra. Josefina Morales

  • Internacional
  • 17 abr
  • 4 Min. de lectura

Por Axel García Ancira

Coordinación Internacional del INFP Morena



El 9 de abril, se llevó a cabo en Honduras la IX Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños. En el  mensaje inaugural, la presidenta de México Claudia Sheinbaum Pardo hizo hincapié en el potencial de la región en conjunto. Se destacó el liderazgo mundial de la zona CELAC como zona exportadora de alimentos y se recordó que en la región se cuenta con “30 por ciento de los bosques primarios del planeta, 33 por ciento del agua dulce, casi 20 por ciento de las reservas mundiales de petróleo, al menos 25 por ciento de minerales estratégicos”.  Destaca de la presentación de la presidenta mexicana la proyección del área latinoamericana y del Caribe como una zona estratégica que puede contar con un proyecto unificado, y que ponga como centro el bienestar de sus poblaciones. 


Aunque la propuesta de una unificación para la zona latinoamericana y del Caribe se remonta al proyecto bolivariano del siglo XIX, los intentos de integración más importantes ocurrieron en el siglo XX, con el ascenso de los gobiernos progresistas de la región; sin embargo estos proyectos perdieron impulso con el ascenso de las derechas desde mediados de la década pasada. Así, la sugerencia de Claudia Sheinbaum  de fortalecer el intercambio comercial de la región cobra particular importancia al surgir desde un país como México, cuya economía depende en gran medida del intercambio comercial con su vecino del norte.

Se habla entonces de una integración económica que permita la diversificación de mercados, lo cual resulta fundamental en momentos de una intensa  guerra arancelaria entre las dos potencias mundiales: China y Estados Unidos, y la decisión punitiva del presidente Trump de poner aranceles a todos los países del mundo. Este contexto exige a las naciones contar con opciones que les permitan continuar con su volumen de producción. Asimismo, se habla de cooperación y complementariedad con el objetivo de una prosperidad de todos los países involucrados y el pleno respeto a las decisiones soberanas de su forma de gobierno.


“Desde México, partimos de una premisa básica: una región más unida es una región más fuerte que puede articular soluciones y propuestas concretas de integración regional, y acciones de cooperación en comercio, educación, ciencia, desarrollo tecnológico, energías limpias, conservación de la biodiversidad, con la visión de construir siempre sociedades más igualitarias”, apuntó Sheinbaum.


Para analizar la relevancia que puede tener la convocatoria de la Presidenta Sheinbaum a una “Cumbre por el bienestar económico de América Latina y el Caribe”, invitamos a la doctora en Estudios Latinoamericanos por la UNAM Josefina Morales.   Para la Dra. Morales, este llamado se debe enmarcar en un momento de declive de la hegemonía norteamericana que ha mostrado los síntomas de  su degradación a lo largo de las últimas dos décadas: “hay dos momentos claves: la crisis financiera de 2008-2009, que mostró los límites del modelo basado en la financiarización del capital, y luego la crisis política, especialmente en Estados Unidos, con el ascenso de Donald Trump y los eventos como el asalto al Capitolio, que marcan una erosión institucional muy preocupante. Esta crisis estructural del capitalismo global está acompañada de una nueva revolución industrial que transforma los medios de producción y las relaciones económicas internacionales. Mientras tanto, América Latina —y México en particular— debe pensar cómo reposicionarse, diversificar sus relaciones y fortalecer sus capacidades internas para no seguir atados exclusivamente a una economía que cada vez muestra más signos de inestabilidad estructural”, señaló.


Para Josefina Morales, es  la CELAC desde donde se pueden generar estrategias que permitan a los países fortalecer sus soberanías nacionales en la industria energética, y farmacéutica. Estos son ámbitos concretos de cómo la cumbre propuesta por Claudia Sheinbaum podría conducir a una nueva etapa de integración regional, esta vez con un mayor protagonismo de  México.


“Otro eje importante sería la cooperación en materia energética. Lograr una mayor coordinación regional en el ámbito de la energía —no solo en cuanto a gasolina, sino también en sus derivados como petroquímicos y fertilizantes— es esencial. También debemos impulsar la integración en la industria farmacéutica. México, por ejemplo, fue en su momento productor de vacunas y perdió su laboratorio nacional. Durante la pandemia de COVID-19, Cuba desarrolló sus propias vacunas, y logramos concretar un intercambio para importar las vacunas Abdala y Soberana. Este ámbito —el médico, el de implementos médicos y vacunas— es vital [...].


Considero que las propuestas subregionales, específicas para ciertos sectores, nos permitirán avanzar en el próximo periodo de la CELAC, ahora presidida por Gustavo Petro, de Colombia. La propuesta de integración económica planteada por la presidenta Sheinbaum es decisiva. Si logramos avanzar en ella, la región podría dar pasos históricos sorprendentes.”


Así, la integración latinoamericana y caribeña se presenta como una oportunidad de los países de la región para fortalecer sectores claves de su economía, y poder tener una mayor posibilidad de negociación con Estados Unidos, China e incluso con la Unión Europea.    También es clave para establecer procesos de negociación entre las naciones, de manera más horizontal, y de cara a las necesidades de las poblaciones, sin la imposición de modelos económicos que sigan beneficiando a élites locales, y sobre todo, los intereses del norte global por medio de sus conglomerados multinacionales. 


Para ver la entrevista completa te invitamos a ver la entrevista completa en este enlace: 


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