Análisis: ¿Es el sionismo un nuevo fascismo? Entrevista a Silvana Rabinovich
- Internacional
- 7 jul
- 4 Min. de lectura
Por Axel Ancira
Coordinación Internacional del INFP Morena
El desplazamiento, exterminio y colonización del pueblo palestino es, sin lugar a dudas, una de las catástrofes humanitarias más dolorosas y vergonzosas para el pensamiento humanista en el siglo XXI. Es también la evidencia de que existe un orden mundial institucional creado por y para la perpetuación del poder económico y militar de las grandes potencias. El derecho internacional es letra muerta cuando de los intereses geopolíticos de los Estados Unidos y de Israel se trata. La estrategia de desinformación que pretendía justificar cualquier crimen de guerra, se ha enfrentado a la resistencia de estudiantes, trabajadores, activistas, y organizaciones de todo el mundo que claman por el fin de la masacre, por la libre circulación de los víveres y por el derecho de Palestina a existir. Pero los pregoneros de las libertades del mundo occidental como suelen referirse a los Estados Unidos, Europa e incluso Israel, poco dicen sobre cómo se ha perseguido, estigmatizado e incluso deportado a quienes han alzado la voz por el pueblo Palestino. No podemos reducir lo que ocurre en estos momentos en Gaza, y durante décadas en los territorios ocupados a una “disputa de relatos”. Por eso, invitamos a Silvana Rabinovich, filósofa, activista por palestina, a una entrevista en la que pudiéramos contestar con profundidad la pregunta: ¿Es el sionismo un fascismo? Lo primero en la indagación de esta pregunta es separar el sionismo, como proyecto, del judaísmo:
“Desde los inicios del sionismo, que son muy tempranos (se remontan hasta antes del siglo 18 con el sionismo cristiano protestante), el sionismo judío que inicia a finales del siglo XIX, en el primer congreso sionista (1897), había muchas fuerzas y organizaciones judías adversas al sionismo, como por ejemplo el Bund, que sostenía que lo que tenía que haber una solidaridad de los trabajadores, y el cultivo de la lengua idish. Era un movimiento que estaba en Lituania, Polonia, Rusia. Aquí en México llegaron bundistas. Y había distintos grupos que consideraban que el sionismo no era realista, y que no era deseable tampoco. De a poco hubo muchos congresos sionistas en los cuales había ramas diversas con distintas ideas. No todas eran partidarias de volverse un estado ocupante, sino que realmente había ideas muy interesantes, por ejemplo, de formar parte de una confederación de comunidades autónomas de la gran Siria, que los judíos no debían volverse una mayoría perseguidora, pues eran refugiados, porque tenían que huir de la Europa en la que eran una minoría perseguida. Había otras ideas sionistas también que buscaban llegar y aprender de los habitantes originarios, intercambiar con ellos, volverse buenos vecinos. Bueno, eso obviamente no prosperó, hay que decirlo”, señala Silvana Rabinovich.
La Dra. Rabinovich se basa en el análisis del urfascismo de Umberto Eco para desentrañar una a una las similitudes entre las características principales del fascismo y el sionismo. Asimismo, va desgranando cómo la religión judía fue resignificada por los sionistas para su instrumentalización como un proyecto de dominio y colonización. También destaca que en los fascismos se cancela la crítica, se pondera la acción sobre la reflexión y se nutre de un narcisismo colectivo. Al respecto, comenta:
“Por eso mantienen a la población convencida de que todo lo que nosotros vemos en los medios del mundo es propaganda contra ellos por el ‘odio histórico que se les tiene’. Y la mayoría de la población [israelí]] está convencida de que es así. Además porque se les da toda una serie de certezas en torno a este odio original que hace que toda la educación gire en torno a esta idea.”
La filósofa de origen, rosarino [Argentina] indica que la educación que se implementa en Israel es también de orientación fascista. ¿Pero qué los distingue como un sistema de educación fascista? No es posible entender el fascismo sin entender la relación con la otredad. Para la Alemania nazi era fundamentar deshumanizar al “otro” gitano, homosexual, discapacitado, comunista o judío. ¿Esto también ocurre desde el sionismo hacia los palestinos?
“hay que desmontar este sistema de educación fascista que tienen, porque niega la existencia a los palestinos, o sea, les niega la humanidad. O los ve como seres del pasado, o como “terroristas”. Y [para quien usa este término] un “terrorista” no es un humano, porque un “terrorista” amenaza la vida y entonces matarlo es algo virtuoso, ¿no?. Yo no estoy de acuerdo. Para mí llamar a otro “terrorista” es verdaderamente algo cuestionable. Y ese sistema culmina con el servicio militar -acuérdate que en la República Platón, la educación también termina con el servicio militar- pero este [el israelí] es un servicio militar en un ejército que se considera a sí mismo el ‘más moral del mundo’, pero porque deshumaniza a aquellos a los que masacra. En este momento ya ha llegado a sus últimos niveles de crueldad pura y dura”, expresó de forma contundente Rabinovich.
Para la filósofa Silvana Rabinovich la democracia no puede ser posible en Israel porque esta no puede estar implantada sobre un sistema de dominación colonial. De esta forma el gobierno de Netanyahu no representaría una anomalía al orden democrático, o una pérdida de los principios rectores de la división de poderes. Con ello se contradice otro mito: el de que Israel es una excepcionalidad de orden occidental liberal, en una región del mundo marcada por teocracias, monarquías, y regímenes autoritarios.
¿Qué tareas hay para las izquierdas latinoamericanas? Ante la parálisis de los mecanismos de política internacional, la reflexión, protestas y acciones como boicots, se vuelven indispensables para detener el fascismo bajo su forma sionista. El mundo no debe permanecer indiferente ante el genocidio practicado por Israel en Gaza, como lo han expresado de forma categórica los presidentes Gustavo Petro y Lula da Silva. El gobierno de Borich, en Chile, también emitió un mandato que prohíbe la importación de productos fabricados en asentamientos ilegales de Israel, mientras que Irlanda prepara una Ley en el mismo sentido. En México la presidenta Claudia Sheinbaum ha declarado en días recientes que México ya no le compra armamento a Israel.
Te invitamos a ver la entrevista completa en: