Análisis: ¿A dónde va Bolivia? Elecciones presidenciales | Entrevista a Valeria Silva Guzmán
- Internacional
- 15 ago
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Por: Axel Ancira
Coordinación Internacional INFP
El domingo 17 de agosto, Bolivia tendrá elecciones presidenciales, a las cuales llegan con el espacio político del Movimiento al Socialismo dinamitado. A estas alturas, ya es de conocimiento general que el expresidente Evo Morales fue marginado del proceso electoral. Las desavenencias entre el actual presidente Luis Arce, antiguo secretario de economía de Morales, y el propio exmandatario, parecen ser la oportunidad que la derecha esperaba para su avance por la vía electoral, ante el retroceso que habían sufrido después del revés por medio de las urnas en 2020, en donde la izquierda obtuvo 55% de los votos.
Para este agosto del 25, las encuestas no parecen ser una medida confiable que anticipen los escenarios tras las elecciones presidenciales, aún así, de atender algunas de sus tendencias estamos ante un panorama donde se abre la puerta a una hipotética segunda vuelta. Para entender el complejo panorama, cómo se llegó a esto, quiénes son los principales perfiles y qué perspectivas podría haber tras la jornada electoral, invitamos a Valeria Silva, exdiputada de la Asamblea Legislativa. Sobre los pronósticos de la próxima jornada, nos cuenta:
“Todavía los espacios de debate político están muy acalorados. Existe una gran porción de gente que se refleja en encuestas, pero también se siente en los círculos políticos, en los espacios de militancia, que no ha terminado de definir su voluntad democrática y que va a expresarse en las urnas. Estamos aún en la recta final de lo que se puede decidir hacia este domingo”, anticipó Silva.
Las elecciones también van con dos propuestas de derecha, por lo que además de definirse la orientación del Congreso, también puede verse como una especie de interna entre dos partidos de derecha por el control de la Cámara. Las candidaturas que destacan desde la derecha son las de Samuel Doria Medina, por el Frente de Unidad Nacional y la de un viejo conocido de la política boliviana Jorge Quiroga Ramírez, por LIBRE (Libertad y Democracia). Cabe preguntarse si estas candidaturas tienen matices entre la derecha y la ultra derecha, que ya campea en la región con las presidencias de Milei y de Noboa. En el caso de Doria Medina, su candidatura está relacionada con el golpista Luis Fernando Camacho:
“Para algunos será este un hombre conocido, para otros no necesariamente. Luis Fernando Camacho es uno de los principales artífices del golpe de estado de 2019 y hoy está preso. Viene de un sector directamente fascista, que se organiza en torno al civismo cruceño del oriente del país, muy ligado a la agroindustria, a los negocios de las finanzas, y a la oligarquía. Y probablemente, si Samuel llegara al gobierno, [Camacho estaría] dirigiendo la política boliviana”.
Por otra parte se encuentra la candidatura de Jorge Tuto Quiroga, quien ya fue presidente de Bolivia, y que no sólo representa a la derecha golpista, como en el caso de Samuel Doria, sino que también está vinculado a los episodios más sangrientos de las dictaduras de América Latina:
“Él fue vicepresidente de Bolivia y también asumió la presidencia de Bolivia por dos años luego de que acompañará a Hugo Bánzer Suárez en la conducción del país. Un dato muy importante es que Hugo Bánzer Suárez fue uno de los dictadores militares que hizo al plan Cóndor en Sudamérica, es decir, amigo de Videla, amigo de Pinochet. [En los 90] Hugo Bánzer volvió a instalarse en el Palacio Quemado por la vía democrática [...] junto con Jorge Tuto Quiroga como su número dos. Tuto Quiroga es una expresión de la derecha conservadora más pura”, considera Valeria Silva.
Y en resumen, ambas candidaturas comparten un programa. En materia internacional, por ejemplo, a decir de la exdiputada, se trata de volver a la hegemonía de los Estados Unidos y de las redes del sionismo internacional:
“Tuto propone algo, Samuel lo propone muy parecido con algunos matices, pero su propuesta es es similar, restablecimiento de relaciones diplomáticas con, por ejemplo, Israel, reinstalación de el embajador de Estados Unidos, este tipo de política que ya conocemos, la política de derecha y conservadora que se ejecuta casi de manera idéntica en distintas latitudes”.
Para la también historiadora Valeria Silva, la sucesión en Bolivia debe conducir a una profunda reflexión sobre la forma de los traspasos de poder en los procesos de izquierda de América Latina, que no han sabido continuar el proyecto sin rupturas y anteponiendo el programa a los liderazgos unipersonales:
“El hecho de que Andrés Manuel [Lopéz Obrador] le haya demostrado al mundo entero que es posible trabajar una sucesión democrática exitosa, tiene que cambiar absolutamente la forma en la que se ejercen los grandes liderazgos. Andrés Manuel y Claudia [Sheinbaum], son el primer ejemplo de sucesión exitosa en los progresismos latinoamericanos”, enfatizó Silva.
Otro aspecto a considerar respecto a la próxima jornada electoral es que aunque la izquierda se mantiene en pugna, es una incógnita cómo reaccionará el pueblo boliviano que se encuentra disconforme con el actual estado de la economía, marcada por niveles de inflación que no habían sido vistos en tiempos recientes, y por la escasez a la que toda una generación no estaba acostumbrada. Al mismo tiempo, las históricas siglas del Movimiento Al Socialismo (MAS), podrían incluso perder el registro:
“Hoy el Movimiento Al Socialismo está presentando una candidatura hacia las elecciones. Se trata de el ministro de gobierno de Luis Arce, quien ha sido apuntado además por estar involucrado en el intento de asesinato al expresidente Evo Morales y que lo más probable es que en estas elecciones le vaya tan mal que pierda la sigla; que el Movimiento Al Socialismo en estas elecciones sea sepultado en lo institucional. A las mexicanas y a los mexicanos esta historia no les es ajena. Ustedes conocen perfectamente lo que significa el robo de siglas” recordó la ex asambleísta.
La candidatura dentro de la izquierda fracturada que aparece más fuerte en los estudios demoscópicos es la de Andrónico Ramírez, en fórmula con Mariana Prado. Andrónico como el propio Evo Morales viene también del movimiento cocalero. El joven político era aún un niño cuando Morales ya se desempeñaba como político profesional, y fue dentro del movimiento en las Juventudes Estudiantiles donde se consolidó como un destacado líder. Pudo haber sido candidato a la presidencia en el 2019, pero tras la decisión de Morales por Luis Arce, ocupó un escaño en el Congreso, desde el cual presidió en cuatro ocasiones el Senado. Destaca como un hábil negociador con distintos sectores. No obstante, el joven político no cuenta con la confianza de Evo Morales, quien ha llamado al voto nulo, sobre el cual es un misterio qué tanto será acatado por los amplios sectores del fracturado MAS.
Como epílogo, citamos en extenso la parte final de la entrevista en donde se analiza, a decir Valeria Silva, en qué consiste la propuesta de Andrónico, de la cual muy poco ha trascendido en medios de comunicación al norte del hemisferio.
“La propuesta de Andrónico se basa en proteger los avances del Estado, proteger el Estado plurinacional. ¿Qué quiere decir esto? justicia social; proteger la cosa pública; proteger los recursos naturales. Bolivia es la reserva de litio más importante del mundo al día de hoy. Por supuesto que es un punto de interés geopolítico prioritario para las fuerzas hegemónicas. Andrónico tiene una propuesta que va por este lado, la protección ante las privatizaciones, una estabilización de la economía, que es lo que más está demandando la gente, protegiendo a las y los de abajo y ajustando a los de arriba. Proteger a la gente -y esto incluye Morales- de las detenciones arbitrarias y de la bala. Porque -y esto hay que decirlo- si Tuto Quiroga o Samuel Doria Medina llegan al gobierno, que son los dos punteros, cualquiera de ellos, Evo Morales va a terminar preso y el desenlace puede ser fatal.”
Te invitamos a ver la entrevista completa en: