Análisis: Defender la soberanía ante la radicalización de las derechas en Nuestramérica | Entrevista a José Luis Granados Ceja
- Internacional
- hace 2 días
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Por: Axel García Ancira
Coordinación Internacional del INFP
¿Cómo se relaciona el avance de 4 mil marines de los Estados Unidos sobre aguas internacionales del Caribe con la declaración de culpabilidad del Mayo Zambada, del Cártel de Sinaloa? Estos dos hechos simultáneos en el tiempo, pero aparentemente inconexos, están vinculados en que en ambos hay una construcción argumental que se basa en el supuesto combate al tráfico de drogas, sin embargo también en el caso mexicano hay un afán intervencionista y de control geopolítico.
La amenaza imperial a la República Bolivariana de Venezuela por parte de Donald Trump utiliza la vieja táctica de estigmatizar al interlocutor. Si en el pasado reconocieron a Juan Guaidó como presidente de Venezuela, plan auspiciado por el mismo Estados Unidos y que habría sido visto por el propio Trump como una pérdida de dinero, nada impide que en el verano del 2025 puedan “negar” que Maduro es el presidente de una nación soberana, y caracterizarlo como el hipotético líder de un cártel inexistente: el Cartel de los Soles. Sin embargo las relaciones no terminan aquí, sino que la misma Fiscal general de los Estados Unidos, Pam Bondi que celebró la condena del histórico líder de la organización criminal de Zambada, hace pocas semanas dijo sobre Maduro que es uno de los mayores líderes del narcotráfico internacional.
Y el intento por relacionar ambos hechos llegó a la Mañanera del Pueblo en donde la Presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, declaró con contundencia que no hay ninguna información en México que relacione al Gobierno de Venezuela con las actividades de algún cártel. Por su parte, desde el Palacio de Miraflores Nicolás Maduro contestó de forma directa con la confirmación de 4.5 millones de milicianos y con la declaración: “Esta tierra no la toca nadie. Yo te lo juro, esta tierra no la toca nadie. Esta tierra es sagrada, bendecida y es la tierra de los libertadores”. ¿Estamos en la antesala de una invasión? Para entender mejor el panorama internacional y las motivaciones de los Estados Unidos, invitamos a José Luis Granados Ceja, periodista y analista binacional.
Una de las consecuencias indirectas de la guerra contra el terrorismo internacional, inaugurada en 2001 tras el ataque de las Torres Gemelas, fue la posibilidad de cierta autonomía de la región latinoamericana, que vivió un momento estelar en cuanto a la simultaneidad de gobiernos de izquierda. Pero la llegada de Marco Rubio a la Casa Blanca, junto a halcones del Partido Republicano, parece un nuevo intento de aumentar su influencia sobre la región, máxime tras la caída en desgracia de Bolsonaro y Uribe:
“¿Y qué quiere Marco Rubio? Justamente sacar a cualquier gobierno, sea progresista, centro izquierda, revolucionario del poder en América Latina. Su sueño es tener todo un hemisferio como lacayo de Estados Unidos y pues está implementando políticas en este sentido. Ahora con 4 mil tropas no puedes invadir Venezuela. O sea, ni en el caso de Panamá se movilizaron tan pocas tropas y lo saben, es una táctica para intimidar y yo creo que es muy relevante para nosotros en México porque también vemos que están intentando justo intimidar a los gobiernos de la región.Yo creo que en el caso de Venezuela es un acto desestabilizador. Quieren generar miedo. La verdad, Venezuela ha pasado por mucho, esto es solamente lo más reciente. Pero sí quieren presionar y decir, ‘aquí estamos, no se no se te vaya a olvidar que tenemos la capacidad de movilizar las fuerzas navales, en este caso, muy cerca de ti’. También para recoger un poco el apoyo de otros gobiernos en la región”, expresó.
Por ello es posible decir sin temor a exagerar que la amenaza no es sólo a Venezuela, sino, como viene siendo común en las últimas décadas, se utiliza a Venezuela para mandar un mensaje a la región, que intenta ser disciplinador. Al mismo tiempo, la movilización de tropas pretende socavar el apoyo interno, incentivar las rebeliones y reactivar a una desarticulada oposición que tiene como último recurso el entregar su soberanía a los Estados Unidos, a falta de un proyecto creíble de cara a la sociedad. Desde esta perspectiva, la movilización de tropas a aguas internacionales cercanas a Venezuela:
“es una táctica de presión, es una táctica de manipulación, es una táctica mafiosa y uso esa palabra porque es justamente lo que también están haciendo en México. Esta información que vimos que se filtró acerca de la orden ejecutiva que permite a las fuerzas armadas actuar contra las Organizaciones Terroristas Transnacionales, FTO en inglés, obviamente no se ha traducido en acción todavía, no lo hemos visto, pero sí quieren mandar esa señal. ‘Somos capaces’. ‘Sí lo podemos hacer’. ‘Cuidado con nosotros porque si nos animamos vamos a bombardearlos o invadirlos o lo que sea’... Decir, "¿Haces lo que te estoy pidiendo o no te va a gustar la respuesta de nosotros?’ Así que yo creo que hay que verlo de esa manera, que es una acción desestabilizadora y también [ver] qué nos dice de la oposición de Venezuela.” destacó Granados Ceja.
Un factor más para analizar desde la perspectiva mexicana son las constantes intervenciones de la DEA en México, a partir de declaraciones provocadoras. Con esta estrategia, la DEA busca instalarse en una mesa de negociación de México y los Estados Unidos en la que parece que podrían haber sido marginados. Y es que aunque es posible visualizar una estrategia unificada por parte de la agenda neocolonial de los Estados Unidos, también estas declaraciones de Terry Cole, director de la DEA, reflejan la pugna de la agencia de intervenir directamente y desde su narrativa antidrogas en los países de la región que tienen gobiernos no alineados.
“Yo siempre hablo de que hay dos visiones ahorita en Estados Unidos. Hay una visión que dice, ‘No, no podemos agredir a México. Ellos están cooperando con nosotros. Sin ellos no podemos hacer nada. Si lo hacemos sería algo que afectaría la relación bilateral, pues nosotros vamos a tener que pagar el precio de eso’. Y hay otros, los que yo llamo los ‘halcones’, que dicen, ‘No. Vamos con todo. A bombardear, atacar, incluso usar tropas si es necesario’. Esa gente viene de una ideología con bastante presencia en Estados Unidos, que está convencida que lo único que puede solucionar los problemas del mundo es la batuta, de que las fuerzas armadas de Estados Unidos, las gloriosas –y entre comillas gigantes– son las que pueden ‘resolver’ este problema y pues también lo aplican en esa misma lógica para la relación bilateral para atacar- Trump es uno de ellos. Trump desde su primer gobierno tiene el deseo de un ataque unilateral militar directo por parte de Estados Unidos en México”, resaltó José Luis Granados Ceja.
Uno de los eventos de la semana pasada que evidencia la implicación de México en las amenazas bélicas contra Venezuela, y que constituye una afrenta a los derechos de los pueblos a decidir su forma de gobierno es la postura intervencionista de la senadora Lilly Téllez. Sus declaraciones a la cadena Fox News, donde solicita que un ejército extranjero invada y bombardee otro territorio, podrían constituir la definición misma de traición a la patria. Además, esta actitud demuestra hasta qué punto ciertos sectores de la derecha están dispuestos a romper los principios básicos de la civilidad política: el respeto a la soberanía nacional, la convivencia democrática, y el reconocimiento de la legitimidad de la lucha institucional dentro de un Estado-nación soberano. Al pedir la intervención militar, sea Téllez en México, o María Corina Machado en Venezuela, rompen también el pacto de la lucha dentro del tablero de la democracia representativa y comprometen la misma existencia de las naciones soberanas.
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